Objetivos
1. Reconocer las imágenes falsas de Dios con que nos relacionamos
habitualmente.
2. Conocer cómo es el Dios Verdadero, el Padre de Jesús.
3. Conocer los fundamentos para tener una relación con Dios
basada en el amor y la confianza.
Motivación inicial
− En nuestro corazón habitan distintas imágenes de Dios.
Algunas las recibimos de otros, otras las formamos nosotros mismos.
− Ninguna imagen que tengamos de Dios es totalmente
verdadera, porque Dios está mucho más allá de nuestra capacidad intelectual y de nuestro
corazón.
− Algunas imágenes de Dios son más falsas que otras.
− Algunas imágenes que tenemos de Dios hacen de Dios lo que
Él no es. Son imágenes peligrosas porque nos alejan del Dios verdadero y
perturban nuestro corazón.
− Por lo tanto, necesitamos constantemente verificar y
purificar las imágenes de Dios que tenemos explícita y sobretodo
implícitamente.
IMÁGENES FALSAS DE
DIOS
Considera
cuidadosamente cada una de las imágenes de Dios que se sugieren. Medita: ¿en qué medida alguna de estas imágenes de Dios te afectan?
− Considera nuevamente. Quizá sabes que Dios no es así, pero
¿te relacionas a veces con Él como si Él fuera así? Piensa bien…
(a) Dios como
problema intelectual
Dios parece ser así cuando pienso que tengo que resolver
como mías cuestiones filosóficas: probar que Él existe, tener que explicar todo
sobre Él.
Es un peligro, parece que primero tengo que comprender a
Dios, dominarlo como si fuese un objeto de investigación para mí.
Pero: ¡Dios es misterio! Dios no es una idea intelectual, es
un Dios vivo, Dios de sentimiento, de ternura, de amor, de relación.
Encontramos a Dios primero con nuestro corazón y después con
nuestra mente.
(b) Dios viejo pascuero
Cuando creemos que Dios es la imagen de quien da regalos,
que está accesible cuando todo va bien, pero que nos desilusiona cuando las
cosas comienzan a ir mal, entonces me obstino, y ya no me siento cercano a Él.
(c) Dios bombero
Para muchos así debería ser Dios: siempre listo a “apagar
incendios”, solucionar todos mis
Problemas (y si los pudiera evitar mejor todavía).
Dios que soluciona todas las contrariedades de la vida que
no sabemos resolver nosotros.
Hay veces que de Dios sólo guardamos el teléfono de
emergencia (133, 911). Lo llamamos para conseguir su ayuda en situaciones de
emergencia, en caso de pruebas, problemas, enfermedades, accidentes,
conflictos, ansiedades… y por supuesto queremos que Él responda siempre rápidamente.
(d) El dios del miedo:
juez, policía, controlador
Se tiene la imagen errada de un Dios del que justamente
Jesús nos quiere liberar.
Este es un Dios de miedo, un Dios castigador. Contrario a lo
que una y otra vez Jesús repite a sus discípulos: “No tengan miedo”.
Esta imagen de Dios es una proyección de un súper yo o de un
espíritu mezquino: un Dios policía que vigila nuestras faltas (y como controlador
mantiene una ficha de cada uno…).
Es un Dios adversario del que es mejor cuidarse. En los
sufrimientos se calla: son “castigos de
Dios”.
Imaginamos a Dios como un juez implacable, cuando en verdad
somos nosotros mismos nuestros
Propios jueces intransigentes.
(e) Un dios sin
cuerpo
Cuando creemos en un Dios sin cuerpo, que es puro espíritu,
olvidamos que Dios se encarnó en
Jesucristo.
Este Dios sólo se puede relacionar con aquello que es puro,
espiritual, luminoso y claro, un ambiente inmaculado y todo blanco.
Para este Dios todo el resto es una confusión, sucio, donde
Él no se puede presentar.
Es un Dios ascético que no puede entrar en las cosas
“mundanas” y corporales.
Termina porser un Dios que no se identifica con aquel que
sufre, que no conoce nuestra realidad
de pecado, nuestro lado débil.
Este no es un Dios real.
(f) Un dios sin
espíritu
Por otro lado, un Dios sin espíritu es aquel que se encarna
sólo en una institución y en la norma.
De hecho, no llega hacerse carne, pero sí regula, prescribe,
es puro deber, sin alma o espíritu, sin carisma, sin libertad.
Ante un Dios así no se puede bailar y mucho menos reír.
El sábado era el día del Señor para los judíos pero Jesús
proclamó que es el sábado lo que es para el hombre y no el hombre para el sábado.
(g) Dios comerciante
o cajero automático
Ante este Dios creo que tengo que hacer mérito para
recibirlo que Él me da, olvidando que todo es gracia, que todo es don.
Con este Dios hago transacciones. Cambio sacrificios por su
ayuda (v. gr. meto monedas y saco una bebida).
Éste es un Dios con cuenta corriente. Él me da y yo me
endeudo con intereses. Así colecciono cupones para después regatear.
Con este Dios no hay relaciones personales, sino sólo
negocios.
(h) Dios capataz o Dios
implacable
Es el Dios que me exige siempre más. Nunca va estar satisfecho
con lo que yo le dé.
Lo que a mí me resulte fácil a Él no le va gustar.
Este Dios quiere siempre lo que a mí me es más difícil. Es
implacable con los talentos que yo tengo y ante Él yo tengo que rendir al máximo.
(i) Dios perfecto
Es el Dios que sólo se relaciona con los buenos(los
perfectos).
Cuando hago tonterías Él no me quiere. Por eso prefiero
esconderme y me alejo de Él.
Para acercarme a Él me tengo que rehabilitar primero. Le
tengo que probar que le quiero. Tengo que compensar para volverme aproximar.
Reflexión: Confronta alguna de estas imágenes de Dios con la
relación que tú tienes actualmente con Él. ¿Algunas de estas imágenes de Dios te
afectan de modo especial?
Esto es importante porque:
Nosotros estamos constantemente tentados hacer un dios a
nuestra imagen y semejanza, a divinizar
nuestra estrechez de vista y nuestra importancia y llamamos a esto la voluntad
de Dios.
Dios es misterio, una palabra que nos interpela, y Él nos llama
para ampliarla estrechez de nuestros horizontes. Nuestra única seguridad está
en que Él es, y no en el modo en que nosotros imaginamos que es.
Los escritores de espiritualidad aconsejan volvernos a Dios
en la oración. Pero Dios puede volverse para nosotros parte de nuestra
complejidad. Falsas imágenes de Dios que actúan dentro de nosotros pueden
hacernos más tímidos, ejerciendo una ruda tiranía que nos sofoca.
Gerard W. Hughes. Dios de la sorpresa, pp.46‐53.
LA VERDADERA IMAGEN
DE DIOS: EL PADRE DE JESÚS
A partir de la lectura del siguiente Evangelio y de lo que
ya conocemos de Dios, Padre de Jesucristo, intentemos establecer cuál es la
imagen de Dios que Jesús transmite y por la cual Él entregó su vida. San Lucas
10, 21‐24
El Dios de Jesús
− Es el Dios Es el Dios de la alegre misericordia (Lc.
15,11‐22), el que come con pecadores y publicanos; el Dios del amor incondicional,
que nos quiere por lo que somos (Rom. 5,8).
− Es el Dios de la gratuidad. Todo en Él es gratuito, todo
regalo (Mc. 10,45).
− El Dios de Jesús es el Dios del Reino, de un proyecto
histórico para la humanidad. Proyecto de paz, justicia, solidaridad…(Mt 25,
31‐46)
− Para poder conocer al Dios de Jesús hay que
“experimentarlo”, y no basta con tener ideas y
Saberes sobre Él (Mt 11,25).
− El Dios de Jesús es el Dios de la libertad (Gal. 5,5) y de
la confianza (Mt. 6,25‐34); es un Dios
Que pone por encima
de una ley mal entendida al amor y a la misericordia (Mt. 5,43‐48).
− Es un Dios pascual, que nos enseña que si el grano de
trigo no cae en tierra y muere no da fruto (Jn. 12,23‐24).
− El Dios de Jesús es un Dios encarnado, que escoge y se
sirve para su obra de lo pobre, débil y pequeño (Jn. 1,14).
− Por último, es el Dios de la esperanza, que nos da la
capacidad ‐aún en medio de nuestras dificultades personales e
históricas‐ para creer y esperar(Jn. 17, 24‐26).
ACTIVIDAD
Con base en lo trabajado y escuchado o leído comparar su imagen de Dios con la de Jesús.
Se reflexiona de manera personal y se comparte en torno a
las siguientes preguntas:
− ¿Cómo describes la imagen de Dios con la que te relacionas
habitualmente?
− ¿Cuál es el Dios que muestras?
− ¿Qué elementos de esa imagen de Dios necesitan ser
purificados?
− ¿Cómo es la imagen de Dios verdadero que Jesús nos revela?
− ¿Cómo me puedo relacionar en el futuro con la imagen de Dios
que me muestra Jesús?
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